De la grabación El Tambor de Sibö
Basada en "Viaje al Reino de los Deseos" del escritor costarricense Rafael Ángel Herra, narra apenas un poquito de la gran y mágica aventura de Orellabac, el caballero de metal que busca recordar quién es en realidad.
Letras
De un teatro era el titiritero
Hasta que un día algo sucedió:
la locura a él lo cautivó.
Cuando vio como del papel,
del libreto frente a él,
vida propia algo cobró.
Era un dragón y un caballero
Y el delirio del titiritero
En ese guerrero lo convirtió.
Y olvidó quién es en realidad,
se olvidó de sentir y desear
y así la historia empezó.
Un quijote, que anda errante sin temor,
sin deseos ni dolor…
Orellabac, caballero de metal, condenado a no sentir ni recordar.
Orellabac, con su armadura y nada más, combatiendo contra el viento y contra el mar
Orellabac
El camino emprendió.
Daduic al reverso del mapa halló.
La Jovenvieja le encomienda una misión.
Matar al dragón
El libro de los deseos encontrar
Y así aprender a desear
No es locura la que se ha de disfrutar
Es pasión por lo que amás
Orellabac, caballero de metal, condenado a no sentir ni recordar.
Orellabac, con su armadura y nada más, combatiendo contra el viento y contra el mar
Confundido, ¿cuál es su destino?, busca el camino, que le hará sentir.
Contra el genio, contra la doncella, contra la marea, al final llegó.
Y una niña espera por él, con el libro que
al leer podrá sentir y desear
pero en blanco está
Porque todos lo son en realidad, hacen desear
y de uno azul él vida vio tomar
una espada y un dragón
Tomó la espada, se quitó el yelmo, mostró su rostro
Atacó el dragón, sintió deseo y dolor y en medio morir y vivir recordó.
Orellabac, caballero de metal, condenado a no sentir ni recordar.
Orellabac, así cumplió con su misión, halló la espada, el libro y enfrentó al dragón
Orellabac, y su nombre recordó
Es Tremolán, titiritero una vez más, su delirio ha llegado a su final
es Tremolán, y ahora sueña con regresar, donde los sueños se hacen realidad
es Tremolán, y así la historia terminó